jueves, 7 de julio de 2011

La Conservación del Suelo


La Conservación del suelo, en la agricultura, la ganadería o la silvicultura, es un conjunto de prácticas aplicadas para promover el uso sustentable del suelo.
El suelo es un recurso natural renovable, o sea, que tiene capacidad de regenerarse si se usa bien. Se regenera por acción de las plantas y los animales, y los seres vivos del suelo mismo, que proveen de materia orgánica.
El suelo se forma por la acción de cinco factores: el clima, la materia orgánica, los minerales originales, el relieve y el tiempo.
La conservación de los suelos implica, en primer lugar, educar a la población para erradicar tres prácticas muy negativas:

·         La quema de los rastrojos o residuos agrícolas: Estos residuos son materia orgánica necesaria para mantener la fertilidad de los suelos y deben ser integrados al mismo.
·         La costumbre de quemar o incendiar la vegetación de las laderas, los bosques y los pajonales: El uso del fuego en el campo se hace con gran irresponsabilidad y cada año se generalizan los incendios en las vertientes occidentales, en las laderas de los valles interandinos, en los pajonales de la puna y en la selva alta.
·         El desorden generalizado en la ocupación de las tierras de aptitud forestal y de protección: Esto sucede especialmente en la selva alta donde se ocupan tierras no aptas para la agricultura y la ganadería sin ningún control, y se talan y queman los bosques, con consecuencias de degradación grave de las cuencas de los ríos y de la infraestructura vial y urbana.

LA CONSERVACIÓN DEL SUELO SE LOGRA POR MÉTODOS NATURALES Y ARTIFICIALES.

1. Métodos naturales
Mantener la cobertura vegetal (bosques, pastos y matorrales) en las orillas de los ríos y en las laderas. Esto implica el evitar la quema de la vegetación de cualquier tipo en laderas. El incendiar la vegetación es un acto criminal, que va en contra de la fertilidad del suelo; deteriora el hábitat de la fauna, y deteriora la disponibilidad del recurso agua.


Reforestar las laderas empinadas y las orillas de ríos y quebradas.

Combinar las actividades agrícolas, pecuarias y forestales (agroforestería), y sembrar árboles como cercos, en laderas, como rompevientos, etc.

Rotar cultivos, leguminosos con otros, para no empobrecer el suelo.

Integrar materia orgánica al suelo, como los residuos de las cosechas.

2. Métodos artificiales         



Construir andenes o terrazas con plantas en los bordes.

Construir zanjas de infiltración en las laderas para evitar la erosión en zonas con alta pendiente.

Construir defensas en las orillas de ríos y quebradas para evitar la erosión.

Abonar el suelo adecuadamente para restituir los nutrientes extraídos por las cosechas. El abonamiento debe evitar el uso exagerado de fertilizantes químicos, de lo contrario se mermará la microflora y microfauna del suelo y se pueden producir procesos de intoxicación de los suelos.

La planificación técnica previa es importante para la conservación del suelo. Es preciso ver todos los problemas, pues no es suficiente resolver sólo una parte del problema. Se deben considerar también los costos de producción y los precios del mercado, pues la falta de rentabilidad provoca el abandono de las tierras sin cobertura vegetal.


Para evitar la degradación de los suelos es necesario:

·         Restituirles, por medio de la fertilización, los nutrientes que van siendo extraídos por las plantas o que son arrastrados por las aguas.
·         Evitar las talas y los desmontes desmedidos, así como las quemas, fundamentalmente en las laderas.
·         Preparar los surcos, en zonas de alta pendiente, en forma perpendicular a estas, de manera que el agua, al correr, no arrastre el suelo.
·         Proporcionar al suelo la cobertura vegetal necesaria para evitar la erosión.
·         Evitar la contaminación que provoca el uso indiscriminado de productos químicos en la actividad agrícola.
·         Los tipos de degradación de suelos en este país son por erosión hídrica, eólica, química, física y biológica. “En Panamá la protección y conservación de los suelos nunca ha sido notable, ya que se han realizados avances esporádicos, a través del tiempo”.

La conservación del suelo se puede  lograrlo, más que con propaganda dependa de la educación elemental de todos y, más especialmente, de los niños desde su más tierna edad.  Los ciudadanos, tanto rurales como urbanos, necesitan aprender las nociones de la conservación y aceptarlas como un hábito mental.

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