LA SEMANA SANTA
La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.
La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.

LUNES SANTO

Tras el esplendor del Domingo, la liturgia entra en la angustia de la pasión siguiendo los últimos días de vida de Jesús. El Evangelio nos presenta el episodio de la María Magdalena lavando y ungiendo los pies de Jesús, con el escándalo de Judas. Y además la expulsión de los mercaderes del Templo de Jerusalén. Tal y como lo refleja el Evangelio de San Juan.
MARTES SANTO

Es el día en que se reúne el Sanedrín, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús. Este episodio es el que convirtió los miércoles en días de ayuno
Es el primer día de luto de la iglesia, con esto se llega al fin de la Cuaresma, se anticipa el Jueves Santo y entramos en el corazón de la Semana Grande.
Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad a los demás. Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Después cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.
Recordamos la Pasión de Nuestro Señor: Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión. Lo conmemoramos con un Vía Crucis solemne y con la ceremonia de la Adoración de la Cruz.
Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN O DOMINGO DE PASCUA
Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios. Pascua es el paso de la muerte a la vida.
REFLEXIÓN
Que LA SEMANA SANTA sea para nosotros de gran reconocimiento y correspondencia hacia un Dios que, movido por su infinito amor, quiso hacerse Hombre y derramar toda su sangre para bien de cada uno de nosotros.
El nacimiento de Jesús de Nazaret tuvo un alto propósito, mostrarnos mediante una vida inmaculada el camino a seguir para acercarnos cada vez más a nuestro Dios Padre Creador. Una vida dedicada a cumplir la voluntad de Dios manifestada en servir desinteresadamente a la humanidad.
Una vida tan ejemplar como la de este gran maestro Jesús, que nos invita a la reflexión sobre nuestro comportamiento para con nuestros semejantes, nuestra actitud ante las situaciones cotidianas y la manera en que pudiéramos mejorarlas si nos lo proponemos.
Roguemos a Dios nuestro Padre que nos aleje de todo egoísmo y todo mal, que nos haga generosos para poder experimentar su amor y su gracia.
Pidámosle por nuestras familiares, amigos, compañeros de trabajos y por todo nuestro País, para que nos libre de la violencia y de todo pecado y podamos ser felices y vivir como hermanos en Cristo Jesús.
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente.” Mateo 22:37
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