DÍA DE LA TIERRA
El Día de la Tierra es un día celebrado en muchos países el 22 de abril. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.
Este día apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como ciudadanos. Sin embargo, debemos reflexionar y generar conciencia, para impulsar acciones en torno a la problemática ambiental y la preservación de nuestro planeta. Como es de realizar campañas de reciclaje y de incentivo al uso de transportes no contaminantes, plantaciones masivas de árboles y jornadas de sensibilización entre otros.
Nuestros bosques y ríos son los pulmones y las venas del planeta, que ayudan a la Tierra a vivir y respirar, manteniendo muchas diversas formas de vida. Y estas mantienen su propio valor intrínseco, y necesitan ser respetadas por las funciones que cumplen, aunque no las veamos son útiles para nuestras necesidades. Aunque el panorama sea complejo, aún estamos a tiempo de lograr un cambio.
Creemos verdaderamente que el papel que juega todas las personas en especial los niños y jóvenes en la conservación de la tierra es muy importante. Pero también sabemos que para que su participación sea constructiva deben conocer y amar al Ambiente, entender las relaciones sistémicas a que está sujeto, formarse en la acción, entre otros. Esto sólo podrá lograrse mediante La Educación.
La Tierra necesita de tú ayuda. Pensando en esto, he aquí algunos consejos que ayudarán a protegerla:
2. No ensuciar ni contaminar los ríos, lagos, embalses, campos y montañas.
3. No hacer daño a los árboles, ni a los animales.
5. Plantar, sembrar árboles y cuidar de la tierra.
6. Acostúmbrate a utilizar pilas o baterías recargables en todos los aparatos que las requieran.
7. Evita comprar aerosoles cuya composición afectan la capa de ozono.
8. Utilizar estufa de gas en vez de una eléctrica, así ahorrará hasta un 70 % de energía.
9. Los suavizantes para ropa son de alto impacto para la naturaleza y los seres vivos.
10. Utilizar bombillos ahorradores (Alógeno), pues consume 80% menos de energía que un incandescente.
“Salvaguardar el medio ambiente... Es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la paz”…. Kofi Annan…Ayudemos a conservarla…
CUENTO
LA FUENTE GRIS
Había una vez un niño que paseando por un bosque creyó escuchar una triste lamento, como si lloraran cantando. Siguiendo el ruido llegó hasta una gran fuente circular, misteriosa y gris. De su estanque parecía surgir aquel sollozo constante; y al asomarse, entre las sucias aguas de la fuente no vio más que un grupo de grises peces girando en círculo lentamente, de cuyas bocas surgía un sollozo con cada vuelta al estanque. Divertido por la situación, el niño trató de atrapar uno de aquellos increíbles peces parlantes, pero al meter la mano en el agua, se volvió gris hasta el codo, y una enorme tristeza le invadió, al tiempo que comprendió enseguida la tristeza de aquellos peces: sentía lo mismo que sentía la tierra, y se sentía sucio y contaminado.
Sacó la mano del agua rápidamente, y se fue corriendo de allí. Pero aquella mano siguió gris, y el niño siguió sintiéndose triste. Probó muchas cosas para alegrarse, pero nada funcionaba, hasta que se dio cuenta de que sólo devolviendo la alegría a la tierra podría él estar alegre. Desde entonces se dedicó a cuidar del campo, de las plantas, de la limpieza del agua, y se esforzaba porque todos obraran igual. Y tuvo tanto éxito, que su mano fue recobrando el color, y cuando el gris desapareció completamente, y volvió a sentirse alegre, se atrevió a volver a ver la fuente. Y desde lejos pudo oír los alegres cánticos de los peces de colores, que saltaban y bailaban en las cristalinas aguas de aquella fuente mágica. Y así supo que la tierra volvía a estar alegre, y él mismo se sintió de verdad alegre.
Autor: Pedro Pablo Sacristán